Nueva entrada en el blog durante esta particular Semana Santa 2020,
esta vez focalizada en el “fraude científico”.
Una leídas las lecturas planteadas, e incluso visto algún vídeo
a lo largo de esta mañana de domingo, y tras llevar algunos días ya leyendo
diversos artículos especializados en la temática en la que nos encontramos
haciendo la tesis, van a comentarse algunos aspectos peculiares detectados.
Encontrar un fraude como tal, efectivamente resulta casi una
misión imposible. Pero sí que es cierto, que fijándose uno en algunos detalles,
pues da para pensar. Quizás no tengan el cariz de ser llamados fraudes, y sean
meramente pura coincidencia, llámese casualidad. Pero al menos, a mí me han
dejado con la mosca detrás de la oreja, como se dice popularmente.
Comenzaré haciendo alusión a la inventiva de datos. No es,
como ya he comentado, que haya descubierto datos pirata, pero sí que me ha
llamado la atención cómo habitualmente se ofrecer datos de analíticas físico-químicas,
más o menos centradas en algunos parámetros, con mayor o menos frecuencia en el
tiempo..etc… pero me resultó curioso observar un artículo en concreto con un
nivel de detalle de diversos parámetros cada semana durante varias de ellas.
Dicho en otras palabras, una cantidad fuera de lo normal, y que pensado en números
económicos por coste de realización, es algo a lo que estamos a eones el resto
de científicos. Quizás sea como digo casualidad y no haya datos inventados de
por medio, pero al menos, llama la atención…
Otro aspecto curioso es, cuando uno o varios Señores Autores,
realizan una saga de artículos sobre un mismo tema, en el primero citan las
fuentes de las fórmulas, descripciones de los métodos empleados o cuestiones
afines. ¡Vaya! A partir del segundo artículo, se remiten al primero de los
suyos. Yo creo que si el método lo desarrolló el Señor X, en todos los que se
vaya a hacer algo similar, seguirá siendo el Señor X la persona de referencia y
no usted o ustedes Señores Autores.
Otra característica digamos que curiosa, efectivamente es el
tema del becario. ¿En cuántos artículos aparecen tropecientas personas, una
detrás de otra? Puede que todas esas personas hayan tenido su momento de participación,
pero con algunos Señores Autores, es significativo como llevan produciendo artículos
dos décadas, siendo el primer nombre el único que varía… E insisto, que no digo
que no sea verdad, pero al menos, resulta llamativo. Y como este tema ya lo
hemos comentado alguna anteriormente, vamos a seguir con el análisis.
En relación a la corrección de artículos, no me visto ninguno
sobre esta cuestión. Pero será algo curioso de ser observado de aquí en
adelante.
Sobre algunas características acerca de las investigaciones,
como por ejemplo los tamaños de muestras o representaciones poco
representativas, que en algunas de las lecturas aparece como aspectos de mala
ciencia, aquí la disparidad puede ser más grande. ¿Por qué? Sencillo, ¿respóndame
usted a qué llama buen tamaño de muestra o qué es un ensayo representativo y qué
no? Hacer un ensayo por triplicado no es representativo frente a otro que lo
hace por quintuplicado… Aquí tengo mis dudas, salvo que hubiera casos donde sólo
se ha hecho un par, o en el peor de los casos, sólo una. Digo yo… pero no hay
casos de ese estilo y la hay que entender que, seguramente por tiempo y dinero,
todos – me incluyo – vamos a los ensayos mínimos que la comunidad científica
considera representativos. Algo similar ocurre con el tema de tener un control,
que no recuerdo no haber visto una publicación donde no exista un ‘control’
para poder hacer comparativas.
Acerca de las revistas depredadoras, pues ¿qué decir? El
nivel de exigencia impuesto en la sociedad, cada más, hace que brote la
desesperación, y como tal, las personas aprovechadas. Afortunadamente, en este
sentido el trabajo que desde la UPNA a través de formaciones realizadas por la
biblioteca, se está implementando, es de agradecer. Aun así, sí que me he
fijado que tengo diversos artículos de revistas que no aparecen en los listados
del JRC, y dan perfectamente el pego por formato, contenidos, etc. No estoy
queriendo afirmar que sean artículos fraudulentos, pero sí que no están “dentro
del sistema”.
Finalmente, para acabar, me gustaría alabar la labor de la
revista que recoge malos resultados. Efectivamente, el conocimiento es
conocimiento, sea “bueno” o “malo”. Es algo muy significativo porque también
crea lagunas y dudas; ¿Lo habrá hecho antes otra persona? (O quizás no supo hacerlo, pero eso también es
interesante porque de los errores se aprende) Cuando se plantea un experimento, y se busca
información al respecto y no hay nada, ¿es realmente porque no hay nada o
porque a todos los anteriores les salió mal y como nadie se lo publica, sigue
existiendo dicha laguna de conocimiento? En el ámbito en el que me encuentro,
me ha sorprendido ver (creo que al menos 6) algunos artículos que indican
problemas acontecidos o que son provocadores de una falta de éxito. Sí que es
cierto, que de casi todos ellos, eran del pasado siglo cuando comenzó a tener
aceptación o interés esta temática, y los más recientes tienen ya más de una década....
No es lo mismo sospechar que hay casos que tener certeza de algunos que hayan sido desenmascarados. Por otra parte, un aspecto importante de esta reflexión no es tanto para deacreditar competidores como para pensar cómo evetitar cada uno sus malas prácticas.
ResponderEliminar